Para dormir bien, come bien…
La interrelación entre alimentación y calidad de sueño es de suma relevancia. Resumimos aquí hábitos alimenticios que favorecen o desfavorecen de conciliar el sueño:
· Evitar excitantes como cola, té, café y cacao por la tarde.
· Evitar las comidas pesadas y de difícil digestión en la cena.
· Horarios de comida equilibrados con intervalos suficientemente grandes entre cada comida.
· No consumir proteínas en exceso porque reducen la síntesis de serotonina, un neurotransmisor en el cerebro que participa en los ciclos de sueño y vigilia; y aumenta la producción de adrenalina que nos mantiene despiertos.
· Evitar especias por su propiedad de activación la producción del jugo gástrico en el estómago dificultando el sueño por molestias digestivas.
· Evitar la ingesta de alcohol antes de dormir.
· Alimentos ricos en calcio y magnesio (Quinoa, espinacas, aguacate, trigo, tofu, chocolate negro, frutos secos…) favorecen la relajación.
· Alimentos ricos de hidratos de carbono (cereales, pan, arroz, pasta…) aumentan los niveles de las hormonas serotonina y melatonina fundamentales para conciliar el sueño.
· Alimentos ricos en serotonina. Lácteos, huevos, legumbres, frutos secos, plátano, avena, cereales integrales y patata. Aumentan la producción de insulina, hormona que incrementa la disposición del triptófano para formar serotonina.
· Alimentos ricos en triptófano. Lácteos, huevos, pescados, legumbres, avena y cereales integrales, frutos secos, frutas (plátano, piña, aguacate).